1 de febrero de 2018

Pretende haber encontrado un sistema optimizado de comunicación al que adjetiva como sintético, funcional y trascendental, adoptando los términos de ignotas ideaciones teutónicas. El tal esquematismo consiste en emplear únicamente prefijos y preposiciones grecolatinos cada vez que quiere traducir sus pensamientos y observaciones a signos. Así, la trivial percepción de que entre finales de enero y principios de febrero los almendros que se ven a través de la ventana sucia han empezado a florecer la convierte, cuando quiere informar de ello a los vecinos y público überhaupt, en lo siguiente: Ek-... in..., debiendo el destinatario de sus mensajes rellenar los espacios punteados con las raíces y nombres de cosas y acciones correspondientes. Lo que puede perderse en precisión gánase empero en imaginativa amplificación del mundo.

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