16 de abril de 2017

Más que paradójicamente, lo que leo acerca de la obsesión de Max Frisch por la pérdida de facultades mentales (mejor, cerebrales) me reconforta. Por una nimia razón: mientras se sea consciente de la pérdida no se está perdido. Del todo. Se puede escribir. Tagebuchen, Diarios.

No hay comentarios: