14 de abril de 2017

Hemerotecas

Frente al disparate, un ramillete de almas cándidas (o de almas negras, o de almas tontas del bote) hablan de amor y perdón. No entienden nada. El perdón es un acto individual y voluntario. Respeto a las víctimas de ETA que han decidido absolver a sus verdugos, pero el Estado no debe ni puede entrar ahí: las leyes no tienen sentimientos. (En El Español)
O sea: del sinsentido político del perdón.

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