15 de abril de 2017

Hemerotecas

Esta sobrevaloración de su propia capacidad de ser buenos lleva paradójicamente a los comunistas a comportarse de la peor forma posible con las personas no comunistas, deshumanizándolas hasta considerarlas animales (esos "perros" sartrianos), a las que hay que reeducar para que se conviertan en buenos comunistas (valga la redundancia) y, en última instancia, eliminar, si no consiguen llegar a ser hombres nuevos, sujetos que hayan interiorizado el bien colectivo hasta situarlo por encima del propio. Por eso, y a diferencia de cualquier otro tipo de sensibilidad e ideología política (salvo la nazi), ser comunista implica que la bondad sea compatible con llevar a cabo genocidios (en su caso, de clase). Cuando Fidel Castro proponía a los cubanos "socialismo [marxista-leninista] o muerte", estaba realmente amenazándolos si no se plegaban a la bondadcomunista. (S. Navajas, en Libertad digital)

No hay comentarios: