24 de septiembre de 2016

Alfonso Reyes

En cuanto a la utilidad del latín -valga hoy lo que valiere-, era entonces tan indispensable como lo es hoy aprender la escritura a mano, que resultará acaso inútil para los hijos de nuestros biznietos (Retratos reales e imaginarios, pp. 38-39).
La verdad de las cosas -ha dicho Aristóteles- no está en sus apariencias actuales, sino en el sentido de sus tendencias (Ibíd., p. 53)
En cuanto a la primera cita -y según cierto cálculo verosímil, contando desde la fecha de la publicación del libro de A. R., después del final de la IGM-, para el 2015 sería ya irrelevante la escritura a mano. ?!

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