26 de marzo de 2016

De los discursos para instructores

Una lengua de madera, si. De madera carcomida. El ruido de las termitas es lo único que se halla detrás de este lenguaje. Un runrún monocorde. Si le echas agua, la madera se pudre y las termitas se ahogan. Así figura en las Memorias de un niño algo perverso.

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