21 de diciembre de 2015

Charada teológica grecojudía

El tiempo pertenece a un dios, el padre, por mucho que quiera desterrarlo el hijo, fungiendo eternidades. (Pero este tiempo sobrehumano no es como un océano que todo lo envuelve, sino como las olas que levantan los acontecimientos. El padre que devora da palmetazos en la superficie del agua. Aquí está la causa primera. A su merced quedan los mortales, enfermos de un exceso de conciencia.)

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