17 de noviembre de 2015

Platonismos

Pero, ¿qué locura es esta? El local gozaba con todos los aditamentos de un taller cutrísimo. El suelo, asqueroso. Las paredes, desconchadas. El olor a gasolina y aceite industrial requemado desmayaba a quien se atreviera a entrar en aquel escenario de luz turbia. El almanaque acostumbrado embellecía la pared de la oficina mugrienta donde el gerente roncaba su borrachera y el gato dormía. Se asomó al calendario. Noviembre de 197... No podía creerlo. "El virtuoso se conforma con soñar lo que el pecador realiza en la vida". Pero pasó las hojas y en todas era lo mismo. En cada una de ellas, en el margen inferior y apenas legible, figuraba una sentencia del divino Platón..

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