2 de noviembre de 2015

Platonismos

Montaigne y Cervantes intuyeron que el gran don de la abundancia de los libros que había traído la imprenta llevaba aparejado el peligro de un ensimismamiento excesivo en las palabras escritas, que cobraban, por el solo hecho de estar impresas, la sugestión inapelable de la verdad. (A. Muñoz Molina, en Babelia)
Recordemos siempre el pronunciamiento escéptico de Platón en el Fedro.. (La ambivalencia la extiende don Antonio a las invenciones/innovaciones tecnológicas y culturales en general.)

Y sí, estamos de acuerdo con el diagnóstico, con la etiología:
A la mente humana le cuesta menos rendirse al fanatismo que habituarse al ejercicio siempre difícil y muchas veces inseguro y angustiado de la racionalidad.
 Y con el remedio:
 El espíritu ilustrado es más imprescindible que nunca.

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