5 de agosto de 2014

De lo cotidiano, que tanto nos cuesta, algo habremos de sacar en limpio.

Publica I. Carrión en su página web que J. R. Ribeyro, escritor peruano, no hace más que quejarse en sus Diarios ( por lo menos al principio de ellos)... ¿Ante quién se queja el diarista? Ante el lector o ante su mundo, privado.

1 comentario:

Anónimo dijo...

De la trascendencia de la cotidianidad de la vida.
Las personas corrientes, donde la vida no da sobresaltos mas que una enfermedad, el amor hallado, un nacimiento, una muerte, la desafección del amado, un reencuentro con la labor perdida. Necesitamos hacer de lo ordinario algo extraordinario.