12 de julio de 2014

Y a propósito de un libro de Tony Judt, más de don Antonio:
A diferencia de sus colegas iluminados de marxismo y enfervorizados por cualquier tirano que se declarara antiimperialista, Aron había estudiado de verdad a Marx, y era consciente de sus intuiciones certeras y de sus nebulosos mesianismos. En el fondo se consideraba un heredero del antiguo racionalismo francés, con su tradición de claridad, agudeza e ironía, el que iba de Montaigne a De Tocqueville. Instalados confortablemente en sus cafés y en sus cátedras vitalicias, los intelectuales predicaban las virtudes apocalípticas de una revolución que arrasara con todo...
¿Y Descartes qué?

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