23 de julio de 2014

Psicopatología del lenguaje

 Durante todos estos días percibes el cuerpo de un modo diferente. Hay momentos en los que sientes algo en la piel y, al tocarte, no encuentras el lugar de origen de la sensación. Tu sensibilidad cutánea ha cambiado por completo. Tienes que intentar encontrar el punto en el que te duele o te pica, volver a recorrer tu cuerpo como si fuera el cuerpo de otro. Ya no es automático. Hay un pequeño delay, un error de coordenadas, necesitas un tiempo para encontrar el lugar. Y eso te hace reconocer tu cuerpo desde fuera, perder pie, desconfiar de los estímulos nerviosos. Ahora necesitas mirar dos veces, tocar dos veces, sentir dos veces. Ya no das nada por sentado. (nohalugar)
Se nos va la mayor parte del tiempo en intentar dar con la tecla... en encontrar nombres comunes y comunicables, públicos, para lo que (mal)entendemos que son nuestras vivencias privadas. Lo privado no está en que realmente lo sea, sino en la insuficiencia general del decir, en un déficit que consiste en no dar con la existencia de su objeto o, en el mejor de los casos, no ser capaz de localizarlo a tiempo. Antes de la hora, antes de la muerte.

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