17 de julio de 2014

Treinta años ya


En El País.

Sostiene Miguel Morey:
Desde una perspectiva histórica, Foucault destaca porque en los campos que él trabajó (medicina, psiquiatría, humanismo), ya no se puede pensar del mismo modo. Introdujo cuñas, dudas, espíritu crítico. Sería ceguera no tener en cuenta sus argumentos y contraargumentos. Un segundo aspecto no es menos importante: para seguir los caminos que abre no hay que ser foucoltiano, igual que para tener en cuenta las críticas de Nietzsche no hay que ser nietzscheano y ponerle velas al superhombre.
Y sigue:
 La obra de Foucault ha mostrado, en opinión de Morey, “gran eficacia en campos ajenos a la filosofía. Algunos arquitectos la usan para pensar el espacio. En paralelo, se han difundido algunos de los conceptos desarrollados en sus últimos años. El más claro es el de biopolítica. No es que hiciera una teoría de ella, pero señaló cómo el poder nos hace vivir, sus imposiciones. No las amenazas represivas, sino la interiorización de las normas represivas...

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