6 de abril de 2014

Rizos

El gran Feynman cuenta una anécdota escolar (en Qué te importa lo que piensen los demás?). Arlene, que luego sería su esposa, tiene problemas con los deberes de filosofía (sic). En concreto con Descartes, que demuestra la existencia de Dios partiendo del axioma del cogito.  Imposible, dice Feynman, y puede que estuviéramos de acuerdo.  Pero no con el argumento que da: que él, R. F., piensa por su cuenta, sin respetar textos y autoridades. Pero es que eso mismo es lo que sostiene Descartes, la libertad de pensar contra maestros y tradiciones. Que R. F. acuda a la cinta de Moebius en este mismo contexto, para mostrar que no siempre hay dos caras en un asunto, no es más que un irónico corolario de esta historia, sin que él se aperciba porque, segunda lección, no conoce ni quiere la utilidad de la historia de la filosofía. Q.e. d.

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