9 de marzo de 2014

Miro con satisfacción que el regalo que le hizo Duchamp a su hermana por su matrimonio, un libro de geometría suspendido en una cuerda, a la intemperie, para que viento seleccionara sus teoremas, figura debidamente en el Kassel de Vila-Matas. Aunque la geometría y sus verdades pertenecen a la eternidad del mundo y divina, los textos no: el libro acabó deshojándose, y el regalo desapareciendo.

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