15 de marzo de 2014

Contra ese vano creer en la referencia

Lejos de ser los diccionarios, cortazarianamente, cementerios de palabras, receptáculos de un lenguaje muerto solamente empleado por hablantes zombies... Au contraire, mon ami, que diría mi admirado Hércules Poirot, inteligentísimo detective belga, en aparente contradictio in terminis. Lo que prueban las ideas y venidas de los vocablos, sus reconocimientos y fenecimientos en el mamotreto de la RAE, es que no hay significados sino contextos, no objetos del mundo sino sociedades de hombres.

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