24 de febrero de 2014

Que uno tiene su orgullo!

A ver! Quién va a tener razón sobre este crucial punto del texto de Kant? El profesor de Investigación del CSIC o tú, maestro ruralizado?

A veces pienso que Kant estaba como una cabra.

Aparte de tener, legítimamente, más miedo que siete ancianas.

Siempre es apasionante volver a las frases del gran chiquitín, a los comentarios de su obra, contemporáneos o actuales. El agradecimiento de Herder o la mordacidad de Hamann, como esa soberbia imagen del especulador gorro de dormir regañando al súbdito culpable de su infantilismo mientras se pasa de puntillas por la presencia ominosa el gran tutor armado...

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