30 de junio de 2013

Gar., 2011-2013


Cualquier calle acaba en el mar, allí donde se nos vuelca la mirada aun desde lejos. Pero el otro día no quise mirar desde la carretera, que circula unos kilómetros en paralelo a la línea costera, poco antes de girar y dirigirse directamente hacia el pueblo. Se me olvidó o fue que inconscientemente no quise fijarme, no lo sé. Pienso que debemos ir quitándonos de la nostalgia poco a poco, como quien va dejando de fumar, con visitas espaciadas y un recuerdo sin lágrimas. (Imagen, aquí.)

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