30 de mayo de 2013

De profundis

La mansedumbre de las aguas esconde un ruido.

Vaya que no.

Si dijera yo lo que pienso del nomos que me ha tocado. Pais imbécil y parricida. En serio me pasa por la mente. Sabiendo: Que en España es delito pensar, desde que proyectamos la Inquisición.

Quien escribe moderno en los setenta españoles tiene que pronunciar vocablos estructuralistas, de uno u otro modo, y mentar la palabra alienación.
En los tebeos humorísticos creíamos detectar una visión crítica solapada de la sociedad del franquismo: nos proporcionaron una buena oportunidad para desplegar un método, inspirado en el psicoanálisis, que examinaba las formas y las estructuras narrativas como síntomas de enfermedades y traumas sociales. El analista cumplía una especie de tarea terapéutica desvelando el sentido escondido de aquellas creaciones. (J. A. Ramírez, de aquí.)

No hay comentarios: