20 de abril de 2013

Riberas del socialdarwinismo


No sé si disponerlo bajo la rúbrica positiva, la gloria del sujeto, el que en cada caso es y está diciendo yo por sí mismo, sin necesidad de espejos multiplicadores, o emplear más el marbete negativo, como de una abdicación de la responsabilidad. Entonces, lo que te pasa a ti no tendré mayor obstáculo, si me conviene, que adjudicarlo a una libertad interior y absoluta que para nada admitiré si me pasa a mí.

Algunas voces son coherentes, y si la moral recordara y recobrara su cara jacobina deberíase proceder en consecuencia. Afortunadamente somos cristianos, con demasiados escrúpulos y exámenes de conciencia y procedimientos formales y garantistas y… y…

No debería extrañarnos el subproducto darwinista (esta ley laboral puede contener trazas de struggle for life), puesto que el evolucionismo (no digo sus autores, en principio) supieron trasladar a conveniencia suya y de la época los conceptos que habían manado de la ideología de la revolución industrial, o sea la tres veces sacra Economía Política.

Se entiende bien que el marxismo, y aquí está la tragedia, es la única moral posible para esta puerta giratoria entre la lucha de la selva y la lucha de clases, entre natura y cultura. Yo, para bien o para mal, quién sabe, me encuentro muy a gusto en la casa de la Tesis 11, en una habitación muy modesta y retirada.

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