Es interesante aclarar que la piedra de las pilastras y estribos, que aún subsisten, fue traída pieza a pieza de la cantera de Los Marcelinos, de Albox, a base de viajes con las lentas carretas de bueyes que eran las que hacían el transporte pesado en aquel tiempo (...) el remate fue traer la piedra de Albox que estaba más lejos y costaba más, pero que efectivamente era estupenda, como lo demuestran las pilastras que llevan cien años aguantando inclemencias sin el menor deterioro. (A. Molina Sánchez, Cuevas del Almanzora, p. 218)
Aquí una perspectiva aérea:
Una, en efecto, magnífica instantánea de Gustavo Gillman:
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Más fotos de Gillman.
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