27 de febrero de 2013

Materia privada

Del impasse mental saldremos con lecturas intensas y ejercicio físico.

El primer franquismo supo solucionar esta cuestión con los presos políticos (Vallejo Nájera dibujó el negativo psicopático y oligofrénicos del rojo, el oponente como tonto; López Ibor el positivo, el hombre esencial hispánico, vertical, desgarrado entre lo material, instintual, hílico -sic- y lo espiritual): trabajo esclavo extenuante y formación moral católica. Las religiones políticas laicas del siglo XX (es un atrevimiento considerar así al fascismo y al comunismo, en sus diversas y respectivas encarnaciones) sirvieron para planificar un universo criminal, concentracionario (el campo cercado como metáfora impolítica de la anticiudad; el tout est possible como reverso ennegrecido de la ley). Las religiones trascendentes supieron acompañarlas perfectamente, en esta infamia. Hay declaraciones de religiosos de la época de la guerra civil y el primer franquismo en que no se sabe si valorar más el cinismo, la chulería mafiosa y criminal, el disparate, o quizás es que lo creían así (lo que decían, lo que bramaban).

Qué difícil se nos hace no llegar al insulto. Pero el hombre prudente en nada se conoce mejor que en la moderación verbal. Y luego que el insultar representa un delito punible.

1 comentario:

Anónimo dijo...

El fracaso de la eugenesia hizo que nacieran muchos de los que hoy se llaman socialistas que han llevado a España a la ruina total.(Y si no,al tiempo...)