10 de febrero de 2013

Apartada vida


La prueba de que nos afecta para nada la desastrosa situación socioeconómicapolíticaculturalhistóricaepocal del país es que hemos decidido investigar sobre los acontecimientos del 36.

Encuentras a los viejos amigos en M. Hay cosas que deben durar.

No puede venirme con los libros de Nivola sobre los psiquiatras (médicos de la mente) y el de ¿Santos Juliá? Julián Casanova (coord.) sobre morir, matar, sobrevivir…

El que sí compré en la Fnac: Julio Aróstegui -qepd por cierto- (coord.), Franco: La represión como sistema. La verdad es que comprar un libro se ha transformado en un acontecimiento excepcional y lujosos para un sector social proletarizado a marchas agigantadas como es el de los profesores de instituto. Mientras que Juan Rosell y los políticos del gobierno pueden adquirir los que quieran. Los andaluces, también.

Estuve en las sedes de dos sectas, la multinacional sueca del mueble universal, cuadradocúbico, y la cadena ¿francesa? especializada en los tifosi del sport, as me of course.  (En especial de la parte de los senderos que suceden al mediodía.) En el primero de los lugares pude disfrutar, ad+, de su magnífica cocina.

Un paseo de champagne cette matin. Los almendros en flor, comme les jeunes filles de un narrador francés del que nomacordo. Pero no tan blancas sus flores (las de los árboles) como cabría esperar de la estación.  No ha llovido desde las inundaciones de finales de septiembre y el verde del paisaje va palideciendo poco a poco. Rachas de viento ocasionales y un sol que no quema, las veces que puede asomar desde detrás de las nubes.

Páginas del libro de J. Ortiz Villalba sobre los inicios de la guerra civil en Sevilla, Apasionante crónica que pide seguir leyendo. Los exámenes, por ahí. Los miedos, más o menos como siempre.

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