20 de enero de 2013

Vitriolo en grageas

La mayor parte de nuestros pensamientos, y también las grandes ideas, mayormente las grandes ideas, quise decir, provienen de estados corporales, de desórdenes en las vísceras, quise poner.

La derecha española conoce de primeras, de pocas generaciones atrás, el uso de la razón biopolítica por la vía de los boletines oficiales. Las cartillas de racionamiento consiguieron que el hambre fuera un deber, al condenar la picaresca del estraperlo como si fuera un terrible crimen contra la patria. El crimen de querer comer. Ahora es la enfermedad lo punible, aunque en los hospitales hayan pistas de negocio.

A propósito, de Ignacio Carrión (19 de enero):
Los nazis, expone en el preámbulo el autor del artículo, tuvieron sus terroríficos ‘médicos locos’, como Josef Mengele, que no dudaron en hacer experimentos abominables con prisioneros –incluso niños- en los campos de exterminio. En España, el franquismo también tuvo el suyo. Se llamaba Antonio Vallejo-Nájera, un psiquiatra militar que torturó a miles de prisioneros republicanos (mujeres y hombres) para tratar de extirparles el 'gen rojo' Que degradaba, según él, la pureza de la raza española. Cientos de niñas y niños fueron arrancados de sus padres republicanos porque este ‘médico loco’ pensaba que el marxismo era una enfermedad mental propia de personas ‘intelectualmente débiles, moralmente despreciables’. Y porque el ‘gen rojo’, además de ser transmisible a los descendientes, era contagioso.
Habrá que mirar lo que escribe Carlos Castilla del Pino a propósito de este hombre. Aunque a mí don Carlos... no sé, me parecía demasiado resentido... con la vida en general...

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