4 de enero de 2013

Por el perdón de los pecados

Miro las entradas viejas del diario/blog, de los años pasados. Hay mucho de intendencia y de vulgaridad, algunas apreciaciones que quizás valgan. Lo que lo salva a él y me salva a mí es que, ante todo, es verdad lo que cuento. No todo, pero lo que hay es verdad.

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