6 de enero de 2013

Para una historia de la historia de la filosofía en España...

PREGUNTA: ¿Por qué los españoles, salvo pocas excepciones, son tan poco dados a la especulación filosófica?
RESPUESTA: Para no dar una respuesta apresurada y simplista, habría que echar la vista atrás y remontarse, como poco, a la contrarreforma, con su nulo aprecio por todo lo que representaba la racionalidad y el saber. Y si no queremos alejarnos tanto en el tiempo y aludir a lo más reciente, bastaría con recordar que, de la lista de los grandes filósofos de la modernidad (Kant, Hegel, Hobbes...), prácticamente ninguno de ellos podía ser explicado en España durante el franquismo. Los libros de filosofía que estuvieron en vigor durante la dictadura, de 1940 a 1970, eran en su inmensa mayoría fronterizos con la teología. De Descartes hasta el siglo XX todos eran sospechosos. ¿Y que decir de Nietzsche, Marx y Freud, a los que Foucault consideraba clave para entender la filosofía del siglo XX? Impensable resultaba ni siquiera considerar la posibilidad de hablar de ellos. La filosofía española, por decirlo con la expresión de Gregorio Morán, era un erial. (Manuel Cruz, catedrático de Filosofía, hoy, en los diarios)

... ahora que dice en los borradores que va a desaparecer de la enseñanza media.

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Un entendimiento tecnocrático (ignorante) de la historia de la ciencia comprende las ideas filosóficas como opiniones sin fundamento y, seguramente, factores retardantes del progreso científico. Creerrán que la filosofía es una religión sin iglesia. Pero no se dan cuenta de que la historia es platonismo realizado: la inserción de otro mundo, el intelectual, en el mundo de la experiencia de la vida.

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