22 de noviembre de 2012

Historias de vida

En esta gran estafa casi todos somos perdedores. Unos de una manera, otros de otro. Los que ganan, a su vez, nos están haciendo perder a todos, y me temo que, al final, hasta a ellos mismos. Por eso, cuando escuchaba esta noche al muchacho, un derrotado más en esta España infame, creí pensar que valía la pena, que valdría la pena, que estas historias concretas, de personas reales, fueran contadas. Darle una contestación química a la desvergüenza imperante, una existencia no religiosa a la piedad.

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