22 de noviembre de 2012

Escriben

... ese mismo ser humano, al reclamar su humanidad sobre la carnalidad pura del cuerpo convertido en materia inerte, al elevarse sobre ella, se convierte en el animal más aborrecible del cosmos, el único capaz de matar dos veces, de denigrar la memoria, de profanar aquello que ya ha sido profanado. Es el ser humano. Siempre ha sido así. Esa mierda está dentro de nosotros, incluso de los más civilizados. Lo queramos o no. Ver estas cosas, darse cuenta de estas cosas, nos debería hacer temer de nosotros mismos. Porque no somos tan diferentes de los dos chicos que arrastran el cadáver. Somos la misma materia oscura. Por mucho que a veces la luz acabe cubriéndolo todo (nohalugar)

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