16 de septiembre de 2012

Pues que mañana empieza otro curso…

… y yo he vuelto a incumplir en verano mis propósitos de volverme un poco más sabio o menos ignorante de los arcanos de Platón y otros amigos, guiado por la luz de los filólogos y todos aquellos seres que piensan bien, a los que yo seguiría si fuera menos torpe o menos malvado. Pero, obligado por las circunstancias y los jóvenes en clase, recuperaré, es mi deseo, las costumbres de otros otoños e inviernos y primaveras, y fielmente me informaré de lo que sostienen acerca del amado Platón y el amado Nietzsche esos filólogos e historiadores y pensadores a los que tanto traiciono en el verano. Cumpliría yo así con el deber hacia los padres, y sé que no debería sentir demasiada culpa ni ante los jóvenes ni ante los hijos. Aunque sé que frente a lo que el Señor Tiempo decide yo no soy más que una brizna de hierba que haría bien en deshacerse de resabios de orgullo.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Para que se anime, le mando este inspirado tema para que se alegre http://www.youtube.com/watch?v=GoFuz1tnGEI&feature=endscreen&NR=1

Anónimo dijo...

El deber no creo que sea con los padres. Lo es con el discípulo. Su futuro depende en gran parte de sus enseñanzas o mejor dicho de su entusiasmo. De la forma de comunicar el placer que se siente en saber, en conocer, en experimentar, en acertar y en errar, en definitiva en la forma en la que van a aceptar y a explorar la diversidad del mundo.
Los padres al sobreprotegerlos, nos comportamos como necios. La mayoría de las veces no nos damos cuenta, de que ellos, no son nosotros. Por esos es tan importante el maestro, su vínculo lo hace ser mucho más objetivo. En ningún caso son briznas de hierba en sus caminos, mas bien trocos, donde pueden asirse.
P.D:buona fortuna.

Martín López dijo...

Pues muchas gracias, don Anónimo. Intentaremos estar a las alturas. Pero solamente somos seres humanos.