3 de julio de 2012

Brindis al sol



Este olvido de Aristóteles. Quiero decir: que la esencia-génesis es lo mismo que el fin; que un proyecto o construcción sin definiciones esenciales no es nada:
"La idea de unas raíces comunes, ya sean las cristianas como defendieron Juan Pablo II y Benedicto XVI, o las del conjunto que reúne estas con las de la tradición de la filosofía griega y el firme basamento que configuró el Derecho Romano, no deja de ser una imagen naturalista que no se corresponde, por su connotación de estabilidad y fijeza, con la versión que atiende, sobre todo, a la dimensión de proyecto que parece cualificar a Europa como construcción. Un proceso que incluye la presencia de un telos, aparentemente distante, pero motor del anhelo."
La mención foucaltiana, véase Las palabras y las cosas, puede hacernos pensar en  Heteróclito de Éfeso:
"Michel Foucault definió el concepto de heterotopía a partir de aquel texto de Borges, donde se citaba cierta enciclopedia china, en la que se incluía una clasificación de los animales imposible de pensar en su disparidad. Es decir, como un espacio otro, un vacío espacial como posible lugar de encuentro de palabras y cosas en principio irreconciliables; un no-lugar del lenguaje."
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Por otra parte, los historiadores nos burlamos de los inflaglobos.

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