6 de junio de 2012

Nocturno

Es bueno verse libre de temores, qué duda cabe!, olvidar la piedad hacia uno mismo y los otros. Aunque conocemos perfectamente que nuestro temor, por los otros igual que por nosotros, no acaba nunca. El más horrible de ellos, de los miedos: el hacer daño. Físico, material.

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