12 de febrero de 2012

Diría el señorito Ortega…


… -en el fondo un platónico que apareció por Madrid- que si es que alguna vez no fue así. En lo cual (en esa deriva de extremo a extremo), para seguir en los términos de la jerarquización platónica de las facultades, no interviene para nada la inteligencia. Los deseos desatados, nada más, según la potencia del demagogo que alza el puño o el brazo. Ridículo, si no diera miedo. Podría musitar bajito, para no ser oído.

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