14 de enero de 2012

Misantropía de los sábados

Un acertado proceder médico consistiría en la prohibición (siempre bajo mandato facultativo, eh) de leer periódicos, en papel o en pantalla. No por los periodistas en sí, normalmente seres cándidos casi angélicos, sino por los ciudadanos que opinan según su leal y entender. De hidalgos de aquí y de allá. Capaces las más de las veces para el insulto y la falta de ortografía, con honrosísimas y escasísimas excepciones de prudencia y reflexión. La imprenta y luego la Ilustración trajeron esto. Hombres y mujeres endiosados en su estúpida fatuidad. Homicidas en potencia.

1 comentario:

JA dijo...

Praecipio tibi: non legitur stultorum ephemerides