25 de enero de 2012

La tentación del heterónimo

El opinante también es un fingidor.

Puesto que yo no pienso, y en esa misma medida no soy, se deduce (ahora sí) que quien opina es otro y un simulacro (por distinto de una certeza que a mí se me ha hecho imposible e impensable).

***

Ex contradictione quodlibet.

No hay comentarios: