27 de octubre de 2011

Raro raro, papuchi

Soñé ayer con el infinito y con el concepto de límite. Por la mañana les había hablado del hombre que está sentado a la puerta de su casa, en una ciudad conocida, y piensa cómo ha podido y volver a la ciudad desconocida, a una distancia infinita de allí. No, no ha podido.

No hay comentarios: