12 de junio de 2011

Aquellos días de abril, de hace ya más de ochenta años

Escribe J. Pla, en Madrid. El advenimiento de la República:

-Las ventanas exteriores del Ministerio -me dice el señor Ayuso- estaban cerradas, pero los aullidos de la muchedumbre, que llenaba literalmente la Puerta del Sol y las calles adyacentes, llegaban hasta el despacho del ministro... (p. 28 del ejemplar que venía con Público.)

Sería muy mala idea plantear la cuestión de una legitimidad política que viene de los "aullidos de la muchedumbre" (¿lobunos?). Como también sería mala idea la de ir sembrando analogías entre el desgaste monárquico del 31 y el democrático del 11. Pues esto último es notorio que no sucede. Porque no puede suceder. La coincidencia de unas municipales demoledoras... en eso ha de quedar. ¿O no lo fueron tanto en el 31?

Lejos de nosotros (digo nosotros para no sentirme solo) cualquier política de entusiasmos (fiesta para todos, endiosamiento para algunos). El Señor que no aparece por ninguna parte en estos últimos tiempos nos libre de esa tentación de creyentes nuevos.

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