27 de octubre de 2010

... y más

Lo que yo escribo no es lo que yo he vivido, sino un sueño y nada más que me entretiene las horas perdidas. Yo entro en él y me marea, pues no puedo con sus altas ambiciones de belleza y armonía. Casi muero en ese infierno, hasta que se acalla el ruido por las noches y pienso, y a veces lo tengo claro, en qué valen en realidad estos sueños que fingimos los que llevamos vidas olvidadas, sobreviviendo de mala manera entre gentes, la mayoría, que nos desconocen, y que no saben que en nuestra alma acunamos por ciclos regulares un modesto cielo y un sordo infierno.

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