30 de octubre de 2010

Niet

No es fácil convertirse, ni siquiera lo es la pretensión de cambio, en aquello de que siempre te has burlado. Esto te vino ayer como un fogonazo, aunque sospecho que hace tiempo vengo conociendo que no hay escapatoria. Quien habla mucho, y después escribe mucho, no puede escapar de las palabras: de jugar entre ellas y liarse al final con ellas. Olvidando el mundo, si es preciso.

Miro por la ventana del salón y parece que hace frío desde por debajo de las nubes o por su causa. Salgamos.

No hay comentarios: