16 de octubre de 2010

Malestar

¿A raiz del cansancio acumulado? ¿A raíz de la vida? ¿Un virus? ¿Otra cosa? Un café...

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¿Qué sería de los robinsones en las islas desconectadas? Pero yo opino que no hay robinsones sino islas, sujetos que proyectan su falta en el espacio imaginario, en una ausencia y un empezar ex novo. La ciudad ha entrado en crisis y Mme. Utopía llama a la puerta.

El viaje turístico, un oxímoron prácticamente, sirve para tratar de forma paliativa, domesticada, el gran anhelo que desata los lazos. En toda persona tienen que haber un gran anhelo si no se ha vuelto imbécil del todo. Si no pasa hambre o está esclavizada, también. Que no se nos olvide que nuestra angustia existencial proviene de un estómago relativamente satisfecho. Y lo que no es angustia existencial es prueba de la mala hechura del mundo (hacedor o evolución), y asoma la idea de que para buena parte de la humanidad más valdría no haber nacido.

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