18 de octubre de 2010

Intuición

Oh pequeña llama de luz que te abres paso entre esta lentitud que me aplasta. Hay tardes, como ésta, en que no alcanzo nada (yo, que nada busco) y vienes tú y me encadenas dos ideas y haces como que me salvas de mi naufragio. ¿Cómo podré pagarte las horas añadidas? Oh facultad de las palabras...

3 comentarios:

Anónimo dijo...

John Keats

Martín López dijo...

No sé si dar las gracias por ese nombre asombroso. ¿Puede Vd., lector Anónimo, concretar? la verdad es que acabamos hablando y escribiendo según lo que hemos leído. Pero ¿cuándo he leído yo a Keats?

José Antonio García Ramos dijo...

no digo que lo haya leido,pero puede leerlo.¡tanto que ha leido..usted¡
Se lee en pocas horas(o dias)
pero se retiene(o mantiene) toda la vida.
Pienso que el poema sublime está en el subconciente colectivo igual que el poemna destructor..
No hay más que un camino..


Aquel que dijo Camús u otro,da igual,dado la trascendencia de la cita
"el único problema filosófico serio
es el suicidio.."