24 de octubre de 2010

Bestia

Ah, si se pudieran recoger tomates de los versos ajenos plantados... (¿No están los poetas todos los días mentando la tierra, su eterno malestar de ángel callado?) En ese caso podría admitirse la presencia de estos logofantes en la república. Escondidos en los valles, no muy cerca de los ríos, ni de la ciudad ni de las comodidades (los puertos les pertenecen, pero en mi república no hay puertos por los que entre y salga la conciencia de los deseos y el desorden consiguiente en los trabajos). Escondidos y entregados a un modesto laborar hortofrutícola...

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