11 de septiembre de 2010

Un apunte mínimo

John Dewey, uno de los popes de la pedagogía progresista, se inspira ideológicamente (bebe de las fuentes) en la filosofía idealista alemana. (Vid. G. Luri, La escuela contra el mundo).

Se podría pensar que si, como se dijo (¿Marthe Robert a propósito de Proust?), se asiste, a finales del XIX y principios del XX, a una devaluación de la filosofía sistemática (la idealista incluida), en el momento exacto de su traspaso a la literatura, esa misma devaluación habría sido anticipada por la misma filosofía idealista, al sustituir el orden del mundo por los deseos o proyectos del sujeto.

No hay comentarios: