29 de julio de 2010

Distender

(Verbo para la evaluación de los hechos. Filtrados, suavizados, seleccionados. Limadas sus aristas.)

¿Qué nos tiene que resultar, en realidad, tan importante? Lo único importante es la sola cosa necesaria: sobrellevar los días, mantenerse. La ética se basa, radicalmente, en nada más que en esto. Un tiempo de los relojes que circula por sus vías, sin cimas ni simas. Iguales sus instantes, sin peso, sin ley grave. Comparado con lo cual no son nada mis sueños. El tiempo de los relojes... goteando lentos su sed de arena. Eternamente. Mis sueños y mi muerte, que nada dijera yo al cabo, no es nada en comparación con estos relojes tardos. Lo saben los niños, a veces, en sus días sin fin, que ellos se creen sin esperanza porque no les llega nunca el mañana que ellos sueñan (sus noches ansiosas). Los viejos alcanzan a recordarlo, en ocasiones de privilegio, cuando están sentados, en los veranos cálidos, en las terrazas de los bares de sus ciudadades pequeñas y semiolvidadas. Llegan a comprenderlo, en una brevísima distensión del tiempo que les beneficia. No lo merecen. Nadie debería intentar hacernos creer siquiera que estos raros momentos se conquistan, que hay un método para recuperar las promesas---

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