14 de julio de 2010

Derrota

Escuchaba este mediodía, en el restaurante, al responsable de márketing, recursos humanos o lo que sea de la empresa, cuando estaba exponiéndole las condiciones del trabajo (me parece: no hablaban en español y la vergüenza mía hizo el resto al no aguzar el oído yo) a la chica que tenía de espaldas a mí. El hombre no tenía mala pinta, pero las palabras, aparte de un poco extrañas, me sonaban vacías. Quizás un engaño, o como un anticipo de los problemas que acabarán surgiendo.

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