19 de junio de 2010

Memoria

Al secarse la caña no queda más que el pensamiento, el humo. En vez del tallo cimbreante, del perfume en verde. (El concepto en vez del ser viviente; el abuso erigido.)

Hay un regusto bastante amargo en los pasos (ascendentes, escarpados, hacia la luz) de la caverna. Un siniestro y creciente tictac de no se sabe qué reloj.

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