22 de abril de 2010

Fons litterae

A nadie tendría que extrañarle la tinta negra. No es más que la sangre desesperada.

Pero se evita la mortal pesadez con el agua de la ironía. Esto es: que nunca te quejes en lo escrito de aquel lugar de donde sale. La vida mana de la mugre; el negro sobre blanco, de un espejo impuro.

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