25 de febrero de 2010

a) y b)

a) Me voy dispersando en explicaciones, y no tengo edad para perder. El tiempo, que es otra cosa diferente, le pertenece a los relojes de muñeca. Sostiene Salinas. A los hábitos de (la) arena, digo yo.

b) Solamente lo puedo poner en manera de pregunta: ¿por qué no se entrega a la frase lo único que valdría la pena escribir? Que no pertenece al pensamiento, ni al lenguaje siquiera. Mucho menos es una historia. Pero esto que no sé concretar yo me parece que es seguramente la experiencia más común: en un instante, propiciado por algo de cansancio o sueño acumulados, ha vuelto lo que se sintió en el instante, en otro. Atrápalo, si puedes. Sin embargo nunca puedes. Pero que nadie niegue la propiedad común de estos momentos felices recuperados fugazmente.

***

Count Basie, magnífico: vid. Radio 3, Jazz porque sí.

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