4 de febrero de 2010

El vino y los irracionales

Llamas demagogo y capcioso a un joven compañero y amigo matemático, en una discusión algo etílica sobre diagonales inconmensurable y patrones de medida impensables. Aparte del riesgo de discutir de números con un licenciado en Exactas, yo, que soy del COU de Letras puras (las impuras vinieron después y me siguen atosigando in hoc tempore), pienso que llamar demagogo a un matemático es algo así como llamar geométrico a un poeta. Irónico, ¿no? Aunque me dicen que existen los tales estros, y que no todos son de manual de rimas, sino que lo dicen y practican en serio.

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