2 de enero de 2010

Kark Kraus y A. Schnitzler, pacifistas

Qué difícil huir de los tambores de guerra. De la penúltima, televisada, 2003, aún conservamos imágenes de pesadilla. De la anterior, 1991, la hipocresía nos ha borrado toda huella (pues era, se dice, una guerra legítima). El asco debe presidir en el pórtico de nuestros juicios de valor.

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