15 de diciembre de 2009

Al cabo

No es sino más tarde cuando me pongo a pensar en estas palabras de Wittgenstein, que aparecen en un libro escolar:
“Creer en un Dios quiere decir comprender el sentido de la vida. Creer en un Dios quiere decir ver que con los hechos del mundo no basta. Creer en Dios quiere decir ver que la vida tiene un sentido.” (“Diario filosófico”, 8.7.16).
Afirmar como un acto de la voluntad, de acuerdo. Pero, ¿qué pasa si se conoce que la voluntad es falsa, que obra de mala fe? Sigue quedando el acto de la voluntad que afirma, pero no va a encontrar quien la siga. Simplemente porque decir que "con los hechos del mundo no basta" no implica nada sustantivo.

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